Bronce y Marmol Son un Buen Negocio

El día sábado 29 de mayo de 2005, se celebró con gran éxito el Día Nacional del Patrimonio en todo Chile. Niños y adultos recorrieron con gran interés edificios públicos y museos de interés histórico y cultural. Sin embargo, días antes el Patrimonio Nacional cultural había sido gravísimamente vulnerado, pasando esto inadvertido para muchos medios de comunicación y autoridades relacionadas. El 26 de mayo se dio a conocer por dos medios de comunicación -el noticiero Meganoticias y el diario Las Ultimas Noticias- el robo de una estatua de 800 kilos desde el Cementerio General, el que fue dado a conocer sólo cuando la familia propietaria del mausoleo lo dio a conocer. La escultura era obra del artista Carlos Acevedo y representaba en tamaño natural a su esposa Guillermina Alvarez. El director del cementerio, Tulio Guevara, se manifestó impotente ante el hecho, reconociendo que este "nos tiene desconcertados a todos". Era una estatua de un mausoleo constantemente visitado por los descendientes -entre ellos la nieta del escultor, Angélica Gallegos, que llevó el caso a Tribunales- y que colinda con una calle interior del camposanto bastante transitada. El destino de la escultura podría ir desde pasar a ser parte de alguna colección privada o simplemente ser vendida como bronce... por kilo.
El suceso fue escandaloso. Sin embargo, no es aislado. El 3 abril de 2003 (diario La Cuarta) Carabineros desbarató una banda que comerciaba imágenes religiosas de mármol arrancadas desde el Cementerio General, lo que evidenciaba la presencia de un incipiente poder comprador. Obviamente las medidas tomadas en aquella oportunidad no fueron las más severas, pues el tráfico incluso se ha extendido a restos humanos (diario La Nación y El Mercurio, 10 de enero de 2003).
El problema sin embargo no pasa por la falta de seguridad del cementerio. Sino que más que eso también por la necesidad de mirar los cementerios como espacios Patrimoniales.
La historiadora del Arte Carmen Retamal realizó un catastro de las esculturas del Cementerio General hace algunos años, constatando daños en esculturas de Blanca Merino, Marta Colvin, José Perotti y Rebeca Matte, además de robos y mutilaciones. Es más, el propio cementerio derrumba mausoleos en mal estado para poder vender los sitios, excusándose con que no cuenta con recursos para restauraciones.
La solución se hace urgente y pasa a nuestro parecer por las siguientes medidas:
-Chile no es firmante de la Convención de la Unesco de 1970, a la que debe adherir con urgencia, pues es esta una herramienta "contra los peligros de robo, excavación clandestina y exportación ilícita" y estima que "la protección del patrimonio debe organizarse a nivel nacional e internacional" (Preámbulo Convención de la Unesco 1970).
-Si bien el ex ministro de Educación, Sergio Bitar, logró aprobar la moción que lleva su nombre, para endurecer penas para los casos de incumplimiento de la Ley de Monumentos Nacionales -creando una nueva figura penal y sustituyendo la unidad en que se expresan las multas (En el caso de realizar intervención en un monumento histórico y en zonas típicas se sanciona con multa de 5 a 200 unidades tributarias mensuales, es decir, de 150 mil 930 pesos a 6 millones 37 mil 200)- el problema es que los cementerios que presentan un relevante interés artístico -dígase cementerios como el General, Católico, de Iquique, de Valparaíso, de Temuco, de Osorno, de Punta Arenas, etc.- no han sido considerados como susceptibles de convertirse en Monumentos Nacionales, e incluso apenas 14 cementerios han sido considerados como tales, la mayoría de interés antropológico pre-hispánico.
Esta última situación debe revertirse. No pueden quedar impunes atentados como el cometido en contra del mausoleo de la familia Acevedo, porque dañan a Chile.